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XIV Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Alcalá de Henares 27-30 noviembre 2014. Libro de Actas, Madrid, Institución de Estudios Complutenses, Diputación Provincial de Guadalajara y Centro de Estudios Seguntinos del Ayuntamiento de Sigüenza, 2014, 692 pp. (I.S.B.N.: 978-84-88293-05-3).
Surgieron estos Encuentros por los años 88 de mil novecientos, con la sana idea y la doble pretensión de investigar y difundir la cultura generada por el fértil, en este caso en el terreno cultural, Valle del río Henares, -que no del mal llamado “Corredor del Henares”-, como principal vía de comunicación desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad.
Es decir, desde un punto de vista histórico en el que no debían existir líneas político-administrativas separadoras tales como las comunidades autonómicas, las provincias y los municipios, puesto que lo que se trata de analizar es ese caudal de conocimientos culturales que se extendieron por todo el Valle, gracias precisamente a ese río que les sirvió de vía de penetración.
Por eso, en esta ocasión, más de medio centenar de investigadores se han dado cita en esta XIV edición de los ya tradicionales Encuentros de Historiadores, con el fin de tratar diversos aspectos del mundo del Valle del Henares, relacionados con la Historia, el Arte, la Etnología y Antropología, así como con sus correspondientes ciencias auxiliares, porque, como se quiere demostrar, el Valle del río Henares, con todos sus afluentes, ha sido desde la lejana prehistoria un importantísimo agente generador de culturas, que en ningún momento ha dejado de serlo, como demuestra una somera valoración de los títulos de los trabajos recogidos en las actas que seguidamente comentaremos, así como en las de los trece Encuentros anteriores.
Los problemas que han surgido a la hora de realizar este XIV Encuentro han sido considerables, pero gracias las cuotas de quienes han participado -tanto como comunicantes como asistentes-, así como a la ayuda económica de la Institución de Estudios Complutenses a través de las becas a sus asociados y del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, que en gran parte han financiado las Actas, y de la Universidad de Alcalá, amén de otras instituciones del Valle del Henares como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación Provincial de Guadalajara (a través de su Servicio de Cultura) y los Ayuntamientos de Guadalajara (Patronato Municipal de Cultura), Sigüenza y Jadraque, y las Asociaciones de Amigos del Museo de Guadalajara y del Archivo Histórico Provincial, que si no han contribuido económicamente, al menos han ayudado al éxito de la presente edición, mediante la donación de libros y material que fue entregado a los participantes. A todos ellos nuestro agradecimiento.
Pero, verdaderamente, nuestro agradecimiento debe ir destinado a los asistentes al Encuentro, auténticos protagonistas del mismo, por exponer sus investigaciones de una manera altruista y desinteresa, compartiéndolas con amigos, colegas y compañeros.
Seguidamente, en una serie de entregas de nuestro Baúl de Libros, iremos danto a conocer todas aquellas comunicaciones que tengan algo que ver en su contenido con la provincia de Guadalajara, comenzando por la lección o conferencia inaugural, teniendo en cuenta que muchos trabajos abarcan espacios más amplios.
CONFERENCIA INAUGURAL
* Luis Miguel de Diego Pareja, “Los afrancesados en el valle del Henares durante la Guerra de la Independencia”, páginas 13-34.
Un trabajo que se centra en el indeterminado número de españoles que se pusieron al servicio del rey José Bonaparte “Pepe Botella”.
El autor explica las causas que motivaron o pudieron motivar su afrancesamiento, que para unos fue su propia convicción, pensando que el nuevo sistema político era lo mejor para España; para otros sirvió como medio de ascenso social y mejora económica y, finalmente, para una tercera parte, quizás la menos cuantiosa, por simple temor a posibles represalias en sus personas, familias y propiedades.
Una lección dirigida al estudio de una serie de personajes afrancesados, de diferente extracción social, para, tras el seguimiento de su actividad durante la Guerra de la Independencia, intentar comprender los motivos que provocaron su conducta.
HISTORIA
* Javier Plaza de Agustín, “Los caballeros de los montes de Guadalajara y la protección de los bosques de la ciudad al final de la Edad Media”, páginas 35-48.
Parte este trabajo del siglo XI, en que Guadalajara se constituye, desde su incorporación a la Corona de Castilla, en un extenso territorio dotado de abundantes bosques y pastos comunales, que durante la Baja Edad Media fueron constante objeto de expolio, tanto por parte de los concejos vecinos, como de sus propios habitantes y de los de sus aldeas, ante lo que los regidores de Guadalajara trataron de atajar el problema, cada día más acuciante, a través de la redacción de diversas ordenanzas y la creación de un grupo de oficiales -los denominados caballeros de los Montes- encargados de asegurar su cumplimiento, aunque la actuación de estos “vigilantes” no pudo evitar la deforestación de la comarca, que se documenta ya en el siglo XVI.
* Pablo Martín Prieto (Universidad Complutense de Madrid), “El señorío de Guadalajara en la Edad Media. Contribución a su estudio”, páginas 49-63.
Una vez conquistada Guadalajara y tras su incorporación a la Corona de Castilla, Guadalajara siempre fue considerada como de “realengo”, aunque propiamente no lo fuera, por lo que nunca fue concedida a persona alguna que no perteneciera a la familia real.
Sin embargo en algunas ocasiones fue cedida temporalmente a determinadas personas de sangre real, especialmente a reinas consortes e infantas, con el fin de poder sostener su estado y rentas.
Martín Prieto recoge en la presente comunicación nuevos detalles acerca de lo que se sabía sobre este tema, dibujando una mejor comprensión de la sucesión y el papel de quienes en el medievo retuvieron la dignidad de señor o señora de Guadalajara.
* Luis Antonio Martínez Gómez, “Colegiales de Fuentelahiguera en el Colegio Mayor de San Ildefonso”, páginas 111-129.
El autor de este trabajo recoge, desde el siglo XVI hasta finales del XVIII, una serie de colegiales en el Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, naturales de la villa de Fuentelahiguera, que se licenciaron generalmente para ejercer cargos eclesiásticos y leyes.
Parte la nómina de Eugenio Pérez, natural de Usanos (c. 1564) y llega hasta Juan de la Plaza, 1723, casi todos emparentados familiarmente, hasta completar la docena.
* Juan Gabriel Ranera Nadador, “El décimo duque del Infantado, Juan de Dios Silva y Mendoza. Guerra de Sucesión, patronato y entierro”, páginas 151-166.
Refiere Ranera Nadador que durante el periodo comprendido entre el siglo XVII y el XVIII, fue Juan de Dios Silva y Mendoza quien estuvo al frente de la casa mendocina como X duque del Infantado, es decir el hombre más rico de España gracias a la inmensa cantidad de cabezas de ganado que poseía. Fue partidario de los borbones durante la Guerra de Sucesión, por lo que tuvo que huir del archiduque de Austria, pasando de una a otra de sus posesiones alcarreñas, escondiéndose, por lo que fue procesado y desterrado por Felipe V, dada su escasa implicación en la guerra.
Finalizada dicha contienda bélica abandonó la corte para dedicarse exclusivamente a la gobernación y administración de sus posesiones y, gracias a sus éxitos comerciales, poder llevar a cabo la “gran idea” de sus antepasados, consistente en la construcción de un panteón familiar a imagen y semejanza del panteón real del Escorial, en el convento de San Francisco de Guadalajara (vulgo “El Fuerte”, donde en la actualidad puede visitarse).
Sin embargo, su última voluntad fue la de ser enterrado en el convento carmelitano de San José -“Carmelitas de Abajo”- con el fin de evitar la perpetuación de su memoria en el ostentoso panteón que él mismo mandó construir.
* Amparo Donderis Guastavino, “El Obispo Minguella y la investigación de la historia seguntina”, páginas 183-196.
Comunicación consistente en un acercamiento a la vida, obra y mentalidad del obispo fray Toribio de Minguella y Arnedo, así como al ambiente cultural del que fue rodeado y que, sin duda, dejó una importante huella en su personalidad y en su producción historiográfica, realizada principalmente en la ciudad de Sigüenza, donde supo rodearse de algunos de los más importantes investigadores del momento para dar a la luz su obra más destacada: La interesantísima (aunque necesariamente revisable) Historia de la diócesis de Sigüenza y de sus obisposhasta el siglo XIX, que dejó publicada en tres tomos y que posteriormente fue añadida en un tomo más por la pluma del canónigo Aurelio de Federico Fernández y que abarca hasta 1945.
* Juan Carlos Berlinches Balbacid, “El drama de la libertad: Las Juntas de Libertad Vigilada”, páginas 235-247.
Una comunicación que se adentra en la vida de los presos que lograron la libertad condicional en la España franquista, en la que se ve cómo, en algunas ocasiones, dicha libertad “condicional” llegó a ser un auténtico “camino de espinas”, puesto que con demasiada frecuencia, algunos “beneficiarios” se encontraron con la imposibilidad de poder regresar a sus pueblos de origen y volver a reiniciar una vida “normal”.
* Juan Antonio Espinosa Pérez, “La actuación de las organizaciones de izquierda de Guadalajara ante la sublevación de julio de 1936”, páginas 249-262.
Se trata de un estudio que analiza cómo actuaron las fuerzas izquierdistas de Guadalajara en respuesta a la preparación de la sublevación militar de julio de 1936 y su posterior desarrollo a lo largo de los días 21 y 22, entendiendo por organizaciones de izquierda aquellas que formaron parte del Frente Popular, es decir, republicanos, socialistas y comunistas, a los que hay que añadir al sindicato socialista UGT, los pocos anarquistas existentes y a los miembros de la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA).
* Juan Pablo Calero Delso, “La vanguardia alcarreña de la educación femenina”, páginas 277-293.
Calero Delso ofrece en esta comunicación los aspectos biográficos más destacados de un grupo de mujeres, relacionadas con la provincia de Guadalajara, que constituyeron la avanzadilla de la educación femenina durante el siglo XX.
Mujeres que casi siempre ejercieron como maestras y profesoras, como Crescencia Alcañiz Maestro, Enriqueta Hors Bresmes, Isabel Jiménez Ruiz, María del Carmen Martínez Sancho, Visitación Puertas Latorre y Asunción Vela Torre, que estuvieron a la vanguardia de la educación femenina en España, desde los pueblos alcarreños donde ejercieron su profesión.
* Sonia Jodra Viejo (Universidad Complutense de Madrid), “Desarrollo de la prensa local en Guadalajara al albur de los cambios político-sociales de la Transición (1975-1985)”, páginas 309-326.
La comunicación comienza dando a conocer el estado en que la ciudad de Guadalajara se encontraba en los momentos inmediatamente anteriores a la Transición. Una ciudad que contaba con escasa población, como consecuencia de anteriores periodos y su proximidad a Madrid, y que tras diez años tan sólo alcanzó un llamativo crecimiento en lo referente a la prensa, a través del nacimiento de numerosos periódicos de todo tipo.
Guadalajara, que nunca había contado con un diario, se encontró de buenas a primeras con el nacimiento de dos periódicos diarios: Guadalajara. Diario de la mañana(1978-1981) y La Prensa Alcarreña(1981-1985), hecho que surgió dando paso al nacimiento de nuevas empresas periodísticas de distinto signo, a través de nuevas líneas de ayuda.
No obstante, dichos diarios tuvieron que desarrollar su actividad informativa en convivencia con dos cabeceras tradicionalmente conocidas de antemano en toda la provincia: Flores y Abejas (1894) y Nueva Alcarria(1939), cuyo modelo periodístico, en parte anticuado aunque profundamente arraigado, impidió en ocasiones -o al menos dificultó- el asentamiento del modelo diario, que también ve un impedimento a su desarrollo en la prensa madrileña de ámbito nacional, especialmente en las zonas urbanas (como más pobladas).
De todos modos, concluye Sonia Jodra su trabajo diciendo que aquellos diarios “consiguieron desarrollar la función con la que llegaron al mercado de la prensa local: agitar el orden establecido e introducir nuevos modos de comunicar”, por lo que lo que es lógico considerar que esta prensa colaboraba, como sucedía a nivel nacional, a la democratización de la sociedad guadalajareña y al replanteamiento del papel de la prensa en la nueva vida pública de la provincia.
* Enric Cabrejas Iñesta, “Luzaga. La cuestión nominativa del municipio de Guadalajara”, páginas 327-340.
Quizá el título de esta comunicación no sea muy exacto, pero tampoco debemos darle mayor importancia de la que requiere, puesto que su autor, Cabrejas Iñesta, habrá querido referirse sin duda cuando dice “municipio de Guadalajara”, a “municipio de la actual provincia de Guadalajara”. Hubo sus comentarios al respecto, en los que siempre se admitió la buena voluntad.
La presente investigación trata sobre el origen de la denominación primigenia de la ciudad de Luzaga, a través del establecimiento de la onomástica de la villa y de la restitución del origen etimológico del nombre Luzaga, todo ello gracias a la abundante cantidad de topónimos correspondientes a ciudades ibéricas, que, generalmente fueron teónimos dados, en su mayoría, en la Edad del Bronce.
Aquellas paleo o arqueodenominaciones, alteradas con el paso del tiempo, aunque aún reconocibles, constituyen la actual toponimia española, nombres de lugares y ciudades que desde tiempos ancestrales quedaron bajo el amparo y protección, dedicadas al culto de las primordiales deidades de los íberos y de los celtíberos, algo natural y perfectamente comprensible si consideramos que para ellos no hubo nada más importante que la expresión de su religiosidad.
ARTE
* Emilio Gamo Pazos, “Un elemento arquitectónico altomedieval de Tamajón (Guadalajara), páginas 341-345.
Un brevísimo trabajo en el que se aborda el estudio de un relieve visigótico conservado en el Museo de los Concilios de Toledo, que no deja de ser una aportación al conocimiento de la arqueología altomedieval de las serranías del noreste de la provincia de Guadalajara.
Al tiempo se presenta una cruz procedente de Tamajón actualmente depositada en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
* Miguel Ángel Cuadrado Prieto y María Luz Crespo Cano, “Las mezquitas de Madinat al-Faray o Wadi-l-Hiyara.Una propuesta teórica a partir de nuevos datos”, páginas 347-366.
Los autores de este innovador, aunque controvertido trabajo, parten de la identificación de la mezquita aljama y de las mezquitas “de barrio” en la Madinat-al-Faraymedieval, con el fin de plantear una nueva hipótesis sobre el número, situación y evolución de estos templos en la medina andalusí.
* José Arturo Salgado Pantoja, “La iglesia parroquial de Castilblanco de Henares”, páginas 367-385.
La presente comunicación es un análisis pormenorizado de la iglesia de Castilblanco de Henares, erigida en la Edad Media según los esquemas románicos imperantes en la época. Posteriormente, como la mayoría de las iglesias enclavadas en esa zona y en los mismos siglos, se vieron modificadas con la adición de algunas estructuras como el pórtico o la cabecera.
Este estudio va analizando paulatinamente cada uno de los elementos constructivos añadidos -la evolución constructiva del edificio- poniendo en valor su patrimonio mueble e inmueble, con el apoyo de algunos datos procedentes de su archivo.
* Elena García Esteban, “Restauración y recuperación de un alfarje medieval policromado con escudos heráldicos en el palacio de los Conde de Coruña, Guadalajara”, páginas 387-399.
Estudio que trata acerca de los trabajos de investigación, conservación y restauración efectuados en 2010 sobre uno de los alfarjes del primer piso de la crujía de la fachada principal del Palacio de los Condes de Coruña, en Guadalajara.
Se trata de una restauración que, aparte de la recuperación de una obra de arte inmueble de incalculable valor artístico, contribuye a engrosar el patrimonio artístico de la ciudad, puesto que en el momento actual, la ciudad de Guadalajara, conserva contados ejemplos de techumbres originales de tradición mudéjar y, además, aporta una valiosa información sobre los orígenes medievales del mencionado palacio renacentista contribuyendo al conocimiento de algunos de los linajes más importantes de la ciudad, por lo que deja abierta una nueva línea de investigación sobre este área.
(Continuará)
José Ramón López de los Mozos